Mitología Personal 2012/16

Mitología Personal Florencia Fraschina
Si nosotros, vanas sombras, te hemos ofendido, piensa nada más esto, y todo estará bien: que te has quedado aquí durmiendo mientras han aparecido esas visiones. Y esta débil y humilde fantasía no tendrá sino la inconsistencia de un sueño.
W. Shakeaspeare ­ Discurso final de Puck «Sueño de una noche de Verano»
Abordando el espacio con una fuerte energía, como lo es seguramente la pasión que la llevó a generar estas imágenes, Fraschina reflexiona sobre los mitos paganos. No hay calma en sus composiciones, todo es caótico, desbordante, excesivo. Sus trabajos se ubican dentro de lo que se considera pintura­pintura o pintura clásica, recordando por momentos a los pre-rafaelinos . Las referencias formales en el empleo del color a los primitivos italianos y sobre todos a los orientales, pero en este caso no son ornamentales, funcionan en cada caso como el conector justo que permite la reinterpretación. El espacio es invadido, los colores vibran. El color no es jamás cuestión de cantidad sino cuestión de elección y esta elección responde a la intensidad emocional de la artista.
Los mitos no son historias alejadas de la persona, sino que funcionan como un asidero existencial, un motivo. La mitología sustenta la cosmovisión de un pueblo. La imaginación, bien se sabe, es un común denominador de sueños y temores, placeres y penas. Stevenson encontró las mismas pasiones en las islas del sur, Borges, en la pampa. Hay varias diferencias entre el mito y el cuento popular: mientras que los cuentos se presentan como ficciones, los mitos se plantean como historias verdaderas provocadas por una angustia a lo desconocido que sin duda crea temor. Investigando sobre diferentes mitos, la artista encuentra semejanzas con mitologías de diferente origen .En casi todas las poblaciones prehispánicas Argentinas: aparece el principio femenino dominante y omnipotente: La Pachamama , la Saramama,Yacurmama,Zapam­Zucum…entre otras, como aspectos de «generación y voluptuosidad», la fuerza y la violencia, que en síntesis tan repetida, captan un carácter fijo en las divinidades Tchonicas. El transitar por un universo mitológico, le permite a la artista crear pequeños mundos, refugios, donde sus personajes se manifiestan con alegría y tristeza. Siempre terrenales, muy sinceros, alejados de trampas y autocomplacencia. Cada obra tiene la eficacia narrativa y la capacidad de producción de imagen que se requiere para sugerir una historia, generando climas a mitad de camino entre las imágenes evocadas por «sueño de una noche de verano» y la densidad oscura de Tim Burton, con una pizca generosa ,omnipresente en mas de una generación, de la filmografía de Armando Bo. Vivimos en un mundo donde nuestra mirada racional­científica domina claramente a la hora de formar el criterio de lo que consideramos como verdadero y en lo que hay que creer. A veces nos olvidamos que contiene elementos de verdad todo aquello que da impulso a la vida: desde un mito o narración a una elaborada teoría científica. Nuestro modo de comprender el mundo y la vida aparece de nuestro sentimiento respecto a la vida misma. Y este sentimiento es un afecto que probablemente tiene raíces inconscientes, es decir, que es irracional. Utilizamos lo científico como un soporte que nos da seguridad y permite ubicarnos en el mundo. En un momento donde la ciencia da explicaciones para casi todo, y en donde el soñar es una extravagancia, la fuerza de nosotros, como personas radica en el empeño en producir aquello que todavía no existe y como niños que todos hemos sido, sabemos aún crear con la imaginación. Así surgen estos espejismos narrativos que nos permiten confiadamente vivir y disfrutar de estas intransferibles mitologías personales.
      Hugo Albrieu